Hubo un tiempo en que todos los cafés eran amargos y cada historia se tornaba de terror. Hay momentos que no los recuerdo, porque hoy cada sorbo que doy es dulce, cada cuento que relato termina en final feliz. Hubo cielos nublados y hoy los veo despejados, y también hubo barro hasta las rodillas y hoy me siento en el pasto verde.
Pero solo fueron,y hoy serán otros...
Y quizás, hoy no sea el lugar,no sea el momento, quizás todo de indicios de que entre a la casa correcta pero no estaba lista.
Puedo rendirme ante la adversidad, colgar los guantes y seguir sin pelear, entregarme a lo sencillo y acostarme a esperar... pero no es mi manera de ser. Lleva tanto plantar un árbol, regarlo, cuidarlo de las malas hiervas ,verlo crecer pero esa miel, esos frutos que brinda son incomparables.
Hoy en el fondo de casa tengo un arbolito, regándolo y cuidándolo ... no es fácil, pero hasta con mi sangre lo regaría.
Puedo decir que en el desierto que vivía, y entre dos piedras nació una rosa muy hermosa. Puedo decir que es única por crecer ante la adversidad y que no quiero dejarla morir.
Puedo decir que la amo, que es la única capaz de encontrar azúcar en el salero de mi vida... y que gracias a ella cada café es dulce,y cada sonrisa suya asolea todos mis días

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